Cuando Brian Weiss comenzó a tratar a Catherine, él mismo se veía como un psiquiatra científico y académico, absolutamente escéptico hacia todos los campos que se salían de la ciencia y la razón. Presidente del departamento de psiquiatría del hospital Mount Sinai de Miami, era conocido internacionalmente como una eminencia en psicofarmacología y química cerebral.
Pero Catherine le cambió la vida. Católica, de una cultura media, Catherine presentaba un complicado cuadro clínico: fobias, ataques de pánico paralizantes, depresión y pesadillas. Pero además añadía un gran inconveniente para el Dr Weiss: se negaba absolutamente a ingerir medicación, por miedo a la asfixia. Tras un año y medio de terapia convencional, Catherine estaba como el primer día, sin ninguna mejora. Fue entonces cuando el Dr. Weiss decidió someterla a hipnosis para indagar en su infancia. Pero Catherine se fue mucho más lejos, al momento en el que se desataron sus síntomas, sorprendiendo profundamente a su terapeuta. Se vio cuatro mil años atrás en Oriente Próximo, con otra cara, otro cuerpo, otra mente. Apuntó detalles de esa época, y rememoró esa vida hasta llegar a su muerte, cuando se ahogó en una inundación, invadida por la angustia, sobre todo cuando la fuerza del agua le arrancó de los brazos a su bebé.
Al principio, el Dr. Weiss quiso creer que eran fantasías o ensoñaciones, pero lo más extraordinario fue que después de aquella hipnosis Catherine se estaba curando. En otra regresión, la paciente cuando revivía que su alma salía del cuerpo, tras la muerte, y ascendía hasta una luz, cambió su voz y su forma de hablar y se dirigió a su terapeuta: “Tu padre está aquí y también tu hijo, que es muy pequeño”. Le explicó las condiciones en las que murieron ambos, temas que salvo amigos muy cercanos de Brian Weiss, nadie conocía. Pero además le dio un mensaje “Adam (su hijo mayor que nació con un extraño problema de corazón y falleció pocas semanas después) murió por amor. Quería demostrarte que la medicina tiene un alcance limitado.” Esa fue la razón en su momento por la que el Dr. Weiss se decantara por la psiquiatría y no por otra rama de la ciencia.
Y esta conexión con los Maestros fue también lo que hizo que se cayeran todos sus prejuicios, toda su mente racional y escéptica y se abriera al hemisferio derecho de su cerebro y a la espiritualidad. A partir de este instante, el Dr Weiss se convertiría en uno de los pioneros de la terapia regresiva, llegando a ser una de las más importantes eminencias en esta rama de la psicología transpersonal.